Algunas curiosidades de la Prehistoria Ibérica (I)
La Prehistoria peninsular no se distingue especialmente de los períodos similares circundantes. Es conveniente recordar que las cronologías empleadas son siempre relativas, teniendo en cuenta las zonas geográficas a las que se aplican; así, mientras en la Península Ibérica podemos hablar de Prehistoria, en otras zonas cercanas, los pueblos que encontremos podrán estar en lo que llamaremos "protohistoria"(Periodo de una cultura de la que, no teniendo vestigios escritos, conocemos datos mediante otras civilizaciones que sí gozan de escritura.). De todos modos es fácil encontrar, en la misma Península Ibérica, sociedades que conviven en estadios muy diferentes de desarrollo. Esta es otra de las características de la Prehistoria de la Península Ibérica.
La hominización es el proceso por el que aparece el ser humano sobre la tierra. Aunque han llegado a coexistir varias especies, actualmente solo sobrevive la nuestra, el Homo Sapiens Sapiens. El género Homo es el de los seres humanos propiamente dichos, pero antes de éstos existieron otros denominados Australopithecus. Ambos géneros, tanto el Homo como el Australopithecus, pertenecen al grupo de los homínidos. Por lo tanto, este grupo comprende al hombre y sus antepasados bípedos, aquellos que andan sobre las extremidades posteriores.
Vasija-ídolo de Los Millares |
La hominización es el proceso por el que aparece el ser humano sobre la tierra. Aunque han llegado a coexistir varias especies, actualmente solo sobrevive la nuestra, el Homo Sapiens Sapiens. El género Homo es el de los seres humanos propiamente dichos, pero antes de éstos existieron otros denominados Australopithecus. Ambos géneros, tanto el Homo como el Australopithecus, pertenecen al grupo de los homínidos. Por lo tanto, este grupo comprende al hombre y sus antepasados bípedos, aquellos que andan sobre las extremidades posteriores.
La hominización comenzó hace 6 millones de años
aproximadamente, pero no se conocen restos fósiles de esta fecha. Han sido los
análisis genéticos los que han revelado cuándo se produjo nuestra separación.
Sin embargo, sí han aparecido en Etiopía restos de Australopithecus de hace 4
millones de años, recibiendo el nombre de Australopithecus Afarensis.
Todo este proceso se inicia con el bipedismo, el cual se produjo a partir
de cambios climáticos. Puesto que nuestros antepasados vivían en la sabana, el
caminar sobre dos patas le permitió ver a distancias más grandes y reducir la
exposición al sol.
Consecuencias del bipedismo
- Cambios en la cabeza. Está erguida y permite a nuestro cerebro crecer más. La parte que aumenta es el encéfalo, la cual nos caracteriza como humanos (encefalización).
- Cambios en las manos. Se liberan las extremidades superiores, el pulgar oponible nos sirve para manipular con precisión. Aparece el lenguaje, debido a que la parte del cerebro que se utiliza para manipular objetos también rige la capacidad de hablar. De hecho, se empieza a hablar de género Homo cuando se encuentran herramientas.
- Cambios en el parto. El gran tamaño de la cabeza generó cambios en la cadera de las mujeres, que tuvo que ensancharse para dar a luz más fácilmente.
- Cambios en la sociabilidad. Dado que nacemos antes de tiempo, somos vulnerables y no nos podemos valer por nosotros mismos igual que otros animales, necesitamos la presencia de iguales que cuiden de nosotros. El parto humano es un acontecimiento traumático y la madre necesita la ayuda de otros congéneres en el alumbramiento, esto comenzó a generar vínculos estrechos entre miembros de un grupo (comadrona y el bebé al que ha dado la vida). Los miembros del género Homo cuidaban de las personas que no podían valerse por sí solas, al contrario que los despreocupados Australopithecus.
- Cambios en la alimentación. Las alteraciones en nuestro sistema digestivo permitieron que pudiéramos estar más tiempo sin comer, el cual se pudo dedicar a socializar y mejorar las relaciones entre miembros del grupo.
Los restos humanos más antiguos de la
península son los de Orce (Granada) de hace 1,3 millones de años, donde se
encontraron una coronilla y restos de herramientas; y los de Atapuerca (Burgos)
de hace 1,2 millones de años. Pero es en Georgia (Dmanisi) donde se han
hallado los restos europeos más antiguos (1,8 m.a.).
El Paleolítico
Atapuerca
En el siglo XIX, con la construcción de un
ferrocarril por medio de la sierra, fue necesario cavar una zanja amplia que
partiera en dos la montaña. Finalmente, se interrumpió la construcción del
ferrocarril y en los años 50 se realizaron una serie de expediciones
espeleológicas en las cuevas de caliza. La investigación de los fósiles
convirtió a Atapuerca en un fenómeno durante los años 80.
Los restos encontrados en Atapuerca pertenecen al Homo Antecessor y al H. Heidelbergensis.
- El Homo Antecessor fue encontrado en la Gran Dolina, donde han aparecido también pruebas de canibalismo.
- En la Sima de los Huesos aparecieron 35 individuos de la especie H. Heidelbergensis. La gran cantidad de sujetos nos indica que se trataba de un enterramiento, por lo que podemos aventurarnos a afirmar que esta especia tenía en consideración la muerte. Junto a los restos han aparecido objetos como un bifaz (hacha de mano) que pudo haberse utilizado como ofrenda funeraria. (Miguelón)
Excavaciones en Atapuerca |
Miguelón |
El hombre moderno aparece en el Norte de África
hace 200.000 años, pero aparece en la Península Ibérica mucho más tarde.
Después de entrar en Europa por el Cáucaso y atravesar todo el continente,
llega a España hace 40.000 años.
Durante unos 10.000, el Homo Neanderthalensis y el
nuevo Homo Sapiens conviven en la Península Ibérica. Los primeros, consiguen
sobrevivir 10.000 años más en la península, ya que se encontraban extintos en
el resto de Europa. Finalmente, la especie desapareció hace 15.000 años,
seguramente porque no supo adaptarse a los cambios climáticos. Se ha pensado
que hubiera alguna mezcla genética, pero, en ese caso, el descendiente habría
muerto.
La Península Ibérica fue una zona que se vio libre
de las glaciaciones (excepto en algunas zonas del norte) y gozaba de un clima
tropical cálido y, por lo tanto, con abundancia de especies. Como en Europa, el
clima ya había cambiado, el H. Neanderthalensis fue arrinconándose en la
península. Esta especie tenía menos capacidad simbólica que el H. Sapiens, ya
que no podían prever o imaginar: esto impidió que pudieran forjar alianzas o
estudiar y pronosticar el clima.
Las sociedades de “cazadores-recolectores”
Éstas se organizaban en pequeños grupos para no
acabar con los recursos del entorno (con un número por debajo de 40
individuos), y por ello recurrían a prácticas como el infanticidio, que les permitía mantener un bajo número de
personas.
Su economía se basaba en la recolección de frutos,
hongos, bayas, berberechos, marisco…, mientras que la caza era sólo una
actividad esporádica. Por otra parte, las diferencias sociales existentes entre
ellos respondían a patrones muy básicos, así como la edad, el sexo, la
habilidad o la fuerza, ya que no se trataba de sociedades materialistas: su
carácter nómada ayudaba a ello, pues todo podía volver a ser fabricado en el
nuevo asentamiento. En este aspecto también cabe destacar que eran grupos
matriarcales, pues consideraban a la mujer como fuente dadora de poder y de
vida, aunque el jefe era generalmente el más fuerte.
Asimismo, también desarrollaron una cultura oral
favorecida por el abundante tiempo de ocio del que disponían y que ocupaban
estrechando lazos con el resto de la comunidad. También crean herramientas de
piedra tallada que van perfeccionando, llegando a obtener cada vez más
utensilios del mismo bloque de piedra.
Manifestaciones artísticas en la Península Ibérica
Los ejemplos de arte rupestre más típicos se deben
al Homo Sapiens, puesto que era el que contaba con pensamiento simbólico. En
España podemos diferenciar dos lugares de gran importancia:
-Zona
Cántabra
Se trata de representaciones naturalistas de
animales pertenecientes al Paleolítico Superior cuyos mejores ejemplos
encontramos en Altamira (Santander) y Tito Bustillo (Oviedo).
Para realizar estas pinturas, utilizaban carbón,
tierra ocre, y otros elementos combinados con agua. Aprovechaban las formas de
la cueva y marcaban sus protuberancias. La razón de que este arte se hiciera en
cuevas la podemos encontrar en que para ellos se trataba de lugares
misteriosos, mágicos, donde podía aflorar el espíritu del animal al pintarlo.
Otra de las posibles razones puede ser que consideraran la cueva como el útero
de la naturaleza y desarrollaran dentro de ellas ritos de fertilidad.
Tito Bustillo |
Altamira |
Cueva de Altamira |
-Zona
Levantina
Por el contrario, este tipo de pinturas realizadas
en el Epipaleolítico representaban esquemáticamente a seres humanos y no aparecen
en cuevas, sino en abrigos rocosos como los de Cogull (Lleida) o La Valltorta
(Castellón). A veces se representan danzas fálicas para atraer la fertilidad.
La Valltorta |
Cogull |
El Neolítico
Se suele tomar como fecha de su aparición en la
península aproximadamente el 5000 a.C., llegando a Europa a través de la
difusión desde Oriente Próximo (Turquía-Irak), donde habría surgido en el 10000
a.C.
Estas sociedades son ya sedentarias, lo que propicia que aparezcan las primeras ciudades
(núcleos protourbanos de 200-300 personas que solían ser el centro de la
región, político, económico y religioso) y una economía basada en la agricultura y ganadería (trashumante). En este momento también aparecen la diversificación profesional, así como
la especialización, y la jerarquización
social, pues con la acumulación de objetos (riqueza) aparece la casta (grupos
sociales). Sin embargo, en las sociedades más específicamente dedicadas a la
ganadería trashumante, la jerarquización es menor.
Los cultos
religiosos son más complejos, pues aparecen una casta sacerdotal, templos,
rituales… y comienzan a enterrar a sus muertos en necrópolis, gracias a las cuales podemos apreciar diferencias
sociales y saber cómo vivían estudiando los ajuares.
Se aprecia también un gran progreso en las
herramientas, que son de piedra
pulimentada con arena y aparece una cerámica
cardial vasta procedente de Oriente Próximo y decorada con conchas.
En España comienza
en la zona levantina por influencia de los pueblos mediterráneos y desde
allí se traslada hacia el interior hasta Galicia, el último lugar en adquirir
esta nueva cultura.
El Calcolítico y la Edad del Bronce
La Edad de los Metales se da en la península entre el 3000 y el
750 a.C. con las siguientes diferenciaciones: en primer lugar el Calcolítico o
Edad del Cobre, seguido de la Edad del Bronce y, finalmente, la Edad del Hierro, que ya no pertenece a la Prehistoria.
El nombre de esta etapa se debe a la aparición de
herramientas de metal. En el Calcolítico, se fabricaban con fines ceremoniales,
pues el cobre, costoso y frágil, sólo se utilizaba en ritos o como obsequio
para los jefes de las tribus. Sin embargo, la aleación de cobre y estaño de la
Edad de Bronce comienza a utilizarse para cosas más cotidianas, apareciendo así
las armas que servirán para librar las guerras.
Al igual que aumentan las técnicas para materiales,
también hay una mayor jerarquización social, con un grupo que manda y otro que
obedece, apareciendo, por lo tanto, enterramientos monumentales con ajuares
importantes, dándose incluso el megalitismo, construcciones con grandes piedras, aunque ya existían en el Neolítico. En el Calcolítico se dio la aparición del vaso campaniforme, mientras que ya en la Edad del Bronce comenzaron a aparecer tipologías de cerámicas y metales mucho más complejas, como el vaso carenado o las espadas.
Fruto de la disgregación política existente, se construyeron
murallas alrededor de los poblamientos -práctica intensificada al final de la Edad del Bronce y que adquiriría gran importancia con el Hierro- que mejoraban la defensa y, con el
mismo objetivo, aparecen las castas guerreras.
Son ejemplos
significativos los lugares de Los Millares, perteneciente al Calcolítico, y El
Argar, de la Edad de Bronce, ambos en el sureste de la Península Ibérica.
Ajuar funerario de El Argar (B) |
Los Millares (C) |
Difusión del Vaso Campaniforme calcolítico |
La Península Ibérica en el Bronce |
Continúa...
Es increíble cómo algunos pedacitos de historia repartidos por el mundo van formando una historia completa. Todos estos descubrimientos, junto a las diferentes teorías que se saca tras grandes estudios, nos permiten conocer bien qué ha pasado antes para que el "Homo Sapiens" sea cómo es. Y si no ya está este artículo para enterarse. Muy bueno :P
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