Algunas curiosidades de la Prehistoria Ibérica (II): Los pueblos prerromanos
En el primer milenio a.C. ya hay testimonios y
registros escritos de los pueblos de la Península, a la que se da el nombre de
Iberia, y en este momento casi todos los pueblos se inscriben en la Edad del
Hierro y evolucionan gracias a la influencia de pueblos indoeuropeos, fenicios
y griegos. Esto dio lugar a una gran diversidad cultural, política y económica
de los pueblos prerromanos de Iberia, es decir, el interior de la península era
absolutamente heterogéneo. Podemos destacar los siguientes pueblos como los más
importantes e influyentes:
- Turdetanos / Tartessos, establecidos en Huelva y Sevilla.
- Íberos viviendo en la cornisa mediterránea.
- Celtíberos, un conjunto de pueblos asentados en la Meseta.
- Lusitanos ocupaban desde Zamora hasta Extremadura, incluyendo Portugal.
- Por otra parte, los pueblos castreños de la cornisa cantábrica (del Pais Vasco a Galicia) sufrieron menos la influencia mediterránea y mantuvieron los matriarcados.
Invasiones indoeuropeas
Los indoeuropeos dejaron restos de una lengua por toda Europa con rasgos
comunes. Según los filólogos, esta lengua nos remite al sánscrito de la India.
Estos pueblos, procedentes de
Centroeuropa, penetran por los Pirineos entre los siglos XI y VI a.C,
asentándose en la Meseta, el norte
y el oeste peninsular. Aportaron,
entre otras cosas, el hierro, la incineración de cadáveres y su inhumación en urnas, además de la lengua con base común mencionada
anteriormente, y darán lugar a los pueblos celtas
(celtíberos).
Este pueblo trajo consigo a la península la escritura,
el olivo, la vid, el torno alfarero y la moneda, lo que provocó mayores diferencias
sociales en la zona de Andalucía Occidental, donde su influencia era mayor. De
este modo, los fenicios contribuyeron al desarrollo de las sociedades ibéricas
y turdetanas.
Colonización en la Península Ibérica, especialmente fenicia |
Más tarde, entre los siglos VIII y VI a.C., los griegos colonizan las costas
mediterráneas. Procedían sobre todo de Focea y Rodas, y las colonias una vez
más eran asentamientos comerciales de carácter no imperialista. Las colonias no
solo eran de interés comercial sino que, al haber en Grecia superpoblación,
fundaron sucursales de varias polis
por el Mediterráneo. Cuando en una ciudad había mucha gente joven, se buscaba
una nueva polis para crearla a imagen
y semejanza de la anterior. Éstos fundan Ampurias (600 a.C., Emporion),
Rosas (Rhode), Denia (Hemeroskopeion) y Alicante (Akra Leuke),
construyendo casas cuadradas, más cercanas al modo de vida de griego.
Colonias griegas en la Península Ibérica |
Tartessos
Los fenicios dieron lugar entre los siglos XI y VII a.C. al primer
Estado propiamente dicho de la Península Ibérica: Tartessos.
Es el único Estado que surge en la Península hasta la llegada de los
romanos después de que griegos y fenicios aportaran el concepto de rey y reino
y necesitaran una autoridad fuerte para negociar, sobre todo los fenicios.
Además, la moneda había creado una mayor diferenciación social, por lo que las
riquezas favorecen el ascenso al poder de una aristocracia.
La península antes de la conquista romana
Desde el s. V a.C. la Península se divide en dos
grandes áreas culturales que ponen las bases de las actuales zonas agrarias
españolas
ÍBEROS (Íberos y Tartessos)
No se sabe si son oriundos de aquí, pero se piensa que pudieron estar
emparentados con pueblos norteafricanos.
La influencia por los contactos
comerciales con griegos y fenicios era
mayor en esta zona, en la que abundaban las ciudades amuralladas independientes (casas cuadradas) con urbanismo. Su
economía se basaba en la minería
(cobre, estaño) y el comercio, y
estaban muy desarrollados culturalmente, pues utilizaban la escritura (bien con caracteres griegos
o bien con un alfabeto propiamente íbero), códigos
legislativos, moneda, etc… y realizaban cerámica con torno y orfebrería
delicada. Además, la espada íbera fue adoptada luego por los romanos, que le
hicieron algunos cambios y la denominaron gladius.
En el plano espiritual, los íberos adoraban a divinidades
antropomorfas, fruto de la
influencia mediterránea.
INDOEUROPEOS
Eran de una gran variedad étnica relacionada con la base económica y cultural,
existiendo, celtíberos -dedicados a la ganadería hacia el Oeste,
y a la agricultura en el Este-, y celtas. Sin embargo, hay que remarcar que los celtíberos, según algunos autores, no entrarían en la categoría indoeuropea, que prefieren dejar para los celtas propiamente dichos.
Entre los celtas destacabn, entre otros, los pueblos lusitanos, asentados en una zona
pobre -éstos desarrollaron una ganadería de subsistencia y se dedicaban con
frecuencia al bandolerismo- y los castreños -cuya economía se basaba en la ganadería y la
silvicultura-. Aunque se suelen nombrar estos grupos generales abarcando a otras comunidades para simplificar una explicación no científica, lo cierto es que existían poblaciones muy complejas que deberían diferenciarse dentro de tales demarcaciones. Por ejemplo, los vettones -a medio camino entre los lusitanos y los vacceos-, o los astures y cántabros, en el norte. Como influencias celtas e
indoeuropeas, en sus culturas aún pervivía el matriarcado y la costumbre de
habitar en castros (casas circulares) sin urbanización. Debido a la escasa influencia
griega en estas zonas, no adaptaron sus divinidades al ser humano, sino que
siguieron siendo zoomorfas, como los
famosos verracos.
Dama de Elche (Escultura íbera) |
Verraco vetón (Lumbrales, Salamanca) |
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