Los antecedentes del genocidio armenio (parte III): la violencia contra griegos

Aunque los griegos ortodoxos de los Balcanes otomanos y Anatolia estaban, por su religión y origen, vinculados directamente a Grecia, apenas tenían contacto el estado heleno. Entre 1914-1923 los turcos otomanos llevaron a cabo el exterminio sistemático de la población griega ortodoxa de Asia Menor, Anatolia central y la región del Ponto en lo que se conoce como Genocidio griego o póntico. Se trató de generalizadas masacres, deportaciones y expulsiones que deben enmarcarse en un contexto de auge nacionalista del turquismo, igual que las acciones contra armenios y asirios. Sin embargo, a día de hoy, el Genocidio póntico es, junto el asirio y el armenio, escasamente reconocido a nivel internacional.

Titular de The New York Times, el 10 de julio de 1921

La violencia contra los griegos de Tracia y el Egeo

El gobierno turco desarrolló a partir de 1913 una serie de políticas de limpieza étnica contra los griegos de Tracia y del litoral Egeo con las que pretendía atemorizar a estas poblaciones, para que abandonaran el país y se trasladaran a Grecia. Mientras los turcos negociaban acuerdos de intercambio de población con estados balcánicos, en su territorio se practicaban actos violentos contra las minorías cristianas.


En Tracia y el Egeo las deportaciones comenzaron en 1913, pero un año más tarde se hicieron más sistemáticas y violentas, lo que provocaría muchas tensiones con el gobierno heleno. Para aliviarlas, Talat Pashá recorrió el Egeo y Tracia con oficiales de embajadas extranjeras que querían investigar las denuncias de acciones antigriegas que habían realizado personalidades como el Patriarca griego. Talat Pashá reconoció las deportaciones y los crímenes, pero se preocupó de restar importancia al asunto ante los diplomáticos. Según el informe del consulado americano en Salónica, en la zona de Izmir (Esmirna) durante este periodo murieron entre 500 y 600 griegos de manera planeada. El Dr. Nâzim, del comité central del CUP, fue quien proyectó estas masacres, dirigiendo contra los griegos castigos sistemáticos y violentos que habían sido previamente ordenados por el gobierno central. Sin embargo, ante la presión externa, el gobierno turco debía mostrarse como ignorante de los hechos.

Cadáveres griegos al oeste de Anatolia. Foto tomada en 1914 por Evangelos Pappas


El caso de los griegos pónticos

Las condiciones de esta región entre los siglos XIX y XX transformaron la identidad cultural de sus habitantes en una identidad política.
La propaganda turca afirmaba generalmente que los griegos de la costa del Mar Negro deseaban independizarse y establecer una República del Ponto, con capital en Trabzon o Samsun, cuyos territorios que se extenderían desde Batumi hasta Sinope. Aunque esto no sucedería, Mustafá Kemal utilizaría en su retórica los mismos argumentos. Por el contrario, hasta las guerras de los Balcanes (1912-1913), los eruditos griegos pónticos creían posible la formación de una Unión Turco-Póntica a partir de la cooperación con los turcos, idea difundido en parte por Chrysanthos, el obispo de Trabzon.

La situación de los griegos durante la Gran Guerra

Al comienzo de la guerra, la neutralidad de Grecia y la inexistencia de acciones violentas contra los musulmanes en territorio heleno conllevaron el debilitamiento de la política oficial de deportación de griegos en estos momentos. Además, con la guerra se restringió la entrada de musulmanes procedentes de los Balcanes. Las evacuaciones de griegos se llevaron a cabo desde entonces a una escala menor y, condicionadas por motivos militares, se basaron especialmente en el traslado de éstos desde las áreas de la costa hacia el interior de las provincias. Con todo algunas áreas continuaron siendo frecuentes los ataques contra este colectivo. 

Sin embargo, la política contra los griegos volvió a endurecerse en 1916 debido a la ocupación de las islas del Egeo por la Entente, al avance ruso por Anatolia y a la expectación de una inminente entrada de Grecia en la guerra. Desde entonces y hasta 1918 las deportaciones se hicieron más violentas. Bahaeddin Shakir, miembro del CUP en Samsun, fue responsable de la evacuación y destrucción de numerosos asentamientos griegos. El patriarca ortodoxo griego de Samsun denunciaba no sólo que desde allí se había deportado a 30.000 personas hasta Ankara, sino también que los convoyes de deportación eran sistemáticamente saqueados, asesinando a mujeres y niños.

Durante las deportaciones, no se permitía a los griegos portar nada desde sus lugares de origen. En ocasiones éstas no conllevaban ningún tipo de agresión física, pero era frecuente que se incluyera a los hombres en batallones de trabajo y que los vecinos musulmanes saquearan el pueblo. Los griegos eran obligados a firmar entonces declaraciones en las que se aseguraba que los atacantes eran armenios. Todo esto era conocido y consentido por el gobierno otomano, que posteriormente asentaba a los musulmanes en estas zonas vacías.

Una mujer y tres niños miran a la cámara mientras son transportados en un vagón, vigilados por un soldado (Asia Menor) 

Ante estas políticas de deportación, en el Ponto y especialmente en la zona de Samsun surgieron grupos de resistencia armada que deseaban defender sus derechos políticos. Muchos campesinos griegos que abandonaban el ejército regresaban a sus lugares de origen portando armas que servirían para fortalecer a los grupos guerrilleros de las regiones montañosas de Anatolia y la costa del Mar Negro. Estas fuerzas guerrilleras no podían evitar las deportaciones, pero establecieron "zonas liberadas" en los lugares montañosos que proporcionaban refugio a quienes huían de sus aldeas destruidas. Muchas veces estos grupos rebeldes llegaron a acuerdos con pueblos turcos que les proporcionaban alimentos y suministros.

Las deportaciones de griegos continuaron después de la Gran Guerra, como se observa en este mapa

Del fin de la guerra al fin del conflicto póntico

Tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, las fuerzas británicas se colocaron en la región y, para asegurar su dominio, incitaron a las fuerzas guerrilleras a entregar sus armas al ejército turco, a lo que los griegos se negaron, reclamando el establecimiento de una República Póntica.

Fotografía de las masacres de Esmirna (1922) tomada por la Cruz Roja americana

El movimiento del Ponto había llegado a una etapa tan crítica que comenzó a concernir al Estado otomano, lo que llevó al gobierno otomano de Estambul a enviar a Mustafa Kemal Pasha a la región, quien intentó sofocar la rebelión. Con la llegada de Mustafá Kemal a Samsun en mayo de 1919 comenzaron a organizarse grupos turcos irregulares para actuar en contra de los guerrilleros griegos que buscaban la independencia. 

Las unidades del ejército que acudían confiscar las armas de los griegos encontraban resistencia en varias zonas, como la de Samsun, dándose graves enfrentamientos también en el área de Bafra. A pesar de los esfuerzos de la guerrilla por unir fuerzas, la ausencia de coordinación terminó disminuyendo su potencia, produciéndose incluso enfrentamientos internos entre varios grupos de la guerrilla. El ejército turco se estaba reorganizando, pero la violencia desplegada contra los griegos no parecía demasiado efectiva, por lo que el gobierno declaró la región del Mar Negro como zona de guerra, desterrando a todos los griegos de la zona el 21 de junio de 1921. Los grupos de deportados eran en ocasiones atacados por fuerzas irregulares turcas con la cooperación de algunos guardias que escoltaban a los exiliados. Desde el gobierno oficialmente se mantenía que no era un acto de deportación, sino que el desplazamiento de los griegos se estaba llevando a cabo debido a razones militares, manteniendo también que se debía proteger los medios de vida de los griegos, así como la vida y el honor de las mujeres griegas y los niños. Sin embargo, esta visión oficial contrastaba con otros testimonios, como las memorias del ministro turco Riza Nur, quien requería que se destruyera todo lo griego de la costa del Mar Negro.

Tras escapar del terror en Samsun, en la costa del Mar Negro, los supervivientes griegos son cargados en barcazas que los llevarán hasta naves para viajar a Estambul y, finalmente, Grecia.

Una vez finalizada la guerra entre Grecia y Turquía (1919-1922), las fuerzas armadas pusieron fin a la cuestión del Ponto y muchos de los griegos que quedaban en el Imperio Otomano fueron trasladados a Grecia según los términos de un acuerdo de intercambio de población entablado entre ambos países.

Bibliografía (para saber más):

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